“La epidemia encontró a un país altamente vulnerable y ha agravado dicha vulnerabilidad"

1 de Junio de 2020

Entrevista Representante Residente Auxiliar del PNUD, Rafael Pleitez, en el programa FOCOSTV

Fragmento de entrevistar realizada y transmitida por FOCOS TV el domingo 31 de mayo de 2020 y publicada originalmente en su sitio web.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) analizó la vulnerabilidad del país ante el COVID19 basado en la medición de pobreza multidimensional, “que va más allá de la pobreza de ingreso, que es la forma histórica tradicional de medición de la pobreza”.

Con base a ello, Rafael Pleitez, economista Jefe del PNUD en El Salvador, ahondó en Focos sobre la vulnerabilidad que viven 164 mil hogares del país, en los que al menos la tercera parte de sus ingresos mensuales provienen de remesas del exterior, y las repercusiones de ello: “un hogar que es muy dependiente de las remesas y que no es pobre, aumentará su probabilidad de caer en la pobreza. O si ya era pobre, agudiza su pobreza”, dijo.

En El Salvador, 398 mil hogares reciben remesas, de estos según el informe que ustedes publicaron a finales de abril  hay 164 mil hogares en los cuales la tercera parte del ingreso mensual está conformado por remesas y ante la disminución de los envíos estos hogares podrían caer o profundizar en su condición de pobreza. ¿Qué áreas o condiciones de vida de estos hogares serían las primeras afectadas por esta falta de ingresos?

El objetivo del trabajo que hicimos en esta fase de emergencia fue, con urgencia, identificar cuáles son los grupos más vulnerables. Para ello seleccionamos seis factores que se encuentran dentro del índice de pobreza multidimensional, que son el hacinamiento, porque eso no permite el distanciamiento que se requiere; el acceso a agua potable, porque es básico para la prevención de lavarse las manos; el acceso a saneamiento, a servicios de salud; y dos que tienen que ver con la parte de empleo: el acceso a seguridad social y el subempleo.

Con base a estos factores encontramos una alta vulnerabilidad en general de los hogares en El Salvador, ya que el 86 %, 1.6 millones de hogares, tienen por lo menos una de estas privaciones. Luego dimos un paso más e identificamos cuatro tipos de hogares que por sus características acumulan riesgos frente a la pandemia por Covid19. Son precisamente hogares altamente dependientes de las remesas, entendido esto como aquellos hogares que reciben remesas y que estas son la tercera parte o más de sus ingresos mensuales. ¿Por qué es tan importante esto? Porque recordemos que estamos íntimamente vinculados con la economía de Estados Unidos y el impacto que ha tenido la  Covid19 en la economía estadounidense ha sido muy grande, que se refleja por ejemplo en la caída de las remesas durante el mes de abril, que fue del 40 % en El Salvador, y acumulado entre enero y abril fue del 10 %.

Lo que quiero destacar es un lado social de las remesas. Las remesas en El Salvador han servido históricamente, sobre todo para los hogares más vulnerables, como una especie de seguro informal. ¿Qué quiere decir eso? Cuando acá en El Salvador se enfrentaba una crisis, se enfermó la abuelita y tenía que operarse urgentemente, entonces lo que se hace es pedir una remesa extraordinaria. Si hubo un terremoto y se dañó la casa, se pedía una remesa extraordinaria para reparar la casa. Que no llovió durante 40 días y se perdió la milpa, venía una remesa para complementar ese ingreso. Este mecanismo ha funcionado a lo largo de estos años, a excepción de la crisis de 2008-2009, porque ahí coincidió que los hogares estaban más acá en El Salvador y también lo estaban mal en Estados Unidos. Y vuelve a coincidir hoy con la pandemia del  Covid19, pero a una profundidad aún mayor. ¿Qué significa esto entonces? Significa que estos hogares, al no contar con ese seguro que dan las remesas, entonces su nivel de vulnerabilidad aumenta. En otras palabras, que un hogar que es muy dependiente de las remesas y que no es pobre, aumentará su probabilidad de caer en la pobreza. O si ya era pobre, agudiza su pobreza.

En El Salvador los hogares destinan buena parte de las remesas al consumo. ¿Qué áreas del consumo serán las primeras afectadas?

Por lo general las remesas vienen en forma de dinero y lo que hacen es aumentar el presupuesto del hogar. De ese presupuesto sale para pagar los alimentos, para pagar la escuela, para comprar una medicina, depende de las necesidades de cada hogar. Obviamente si son hogares muy pobres una buena parte de ese dinero va destinado a la compra de alimentos.

En el informe, ustedes también han hecho un análisis por zonas, ¿Qué territorios estarían más en riesgo por la disminución en los flujos de remesas?

Eso es muy importante. Tenemos que avanzar en buscar las diferencias también geográficas. Hicimos el ejercicio de ver en los 14 departamentos cuáles tenían una mayor incidencia de hogares dependientes de las remesas y ese departamento de El Salvador se llama La Unión. Si bien es cierto casi el 20 % en promedio de los hogares de El Salvador percibe remesas, en el caso de La Unión es el 47 % y es un departamento con el mayor porcentaje de hogares dependientes. Luego hay otros departamentos de la Zona Oriental, como Usulután, Morazán, San Miguel. También se suma Cabañas entre los departamentos con mayor dependencia. 

¿Eso implica que las medidas que el gobierno implemente para reducir la vulnerabilidad por el COVID 19 deberían priorizar a hogares del departamento de La Unión y a hogares de la zona oriental del país?

Así es. El objetivo es ir identificando por variables críticas como las que hemos mencionado en general, por hacinamiento, por acceso a servicios, etc. Pero combinado con esta dependencia de las remesas nos indica que se debe prestar una mayor atención, una focalización, a hogares en un departamento como La Unión.

El gobierno salvadoreño logró un acuerdo con las empresas para que los envíos de remesas quedaran libres de costos en el mes de mayo, ¿es efectiva esta medida?

Es una medida que sin duda ayuda, pero hace falta más que eso, pero es una medida positiva, sin duda.

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