En las crisis, los países y sus sociedades enfrentan vulneración en diversas áreas como el acceso a los servicios básicos, medios de vida, gobernabilidad, seguridad y otras dimensiones sociales. La rápida recuperación a estas crisis requiere del trabajo coordinado de las instituciones nacionales, cooperación y comunidades para encontrar respuestas oportunas y evitar retrocesos.

El Salvador ha enfrentado diversas emergencias en los últimos años. Entre 2018 y 2019 el país registró sequías, fue afectado por la pandemia por COVID-19 e impactado por las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal y por los huracanes ETA y IOTA.

En el marco de sus atribuciones, el Equipo Humanitario de País (EHP), presentó dos herramientas claves para la planificación y respuesta humanitaria en El Salvador: (1) El Panorama de necesidades humanitarias (PNH) que recopila los resultados de evaluaciones sectoriales y multisectoriales para identificar las necesidades humanitarias y poblaciones que deben abordarse de manera prioritaria y (2) el Plan de respuesta humanitaria (PRH), que articula la visión compartida de cómo responder a las necesidades evaluadas y expresadas de la población afectada.

Representantes del EHP dieron a conocer el contenido de las herramientas a los socios claves, a autoridades del Gobierno central, alcaldes, alcaldesas, empresa privada, organizaciones de sociedad civil y cooperantes internacionales. Por parte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) participó la Represente Residente en funciones, Mónica Merino.

“El centro de la respuesta humanitaria es salvar vidas, proteger a las personas y recuperar medios de vida, particularmente para quienes viven en condición de pobreza. Apoyar con soluciones duraderas en los sectores más vulnerables, como los micro y pequeños empresarios y la economía informal será prioritario para una mejor recuperación económica”, indicó la Representante Residente del PNUD.

El diagnóstico subregional indicado en el PNH incluye, además de El Salvador, datos de Guatemala y Honduras. Los documentos apoyarán a los países en la orientación de las acciones humanitarias por lo que su difusión y conocimiento, principalmente entre los sectores que participan activamente en la respuesta humanitaria, es fundamental.

El EHP busca movilizar alrededor de $156,474,304 para implementar este plan y beneficiar a cerca de un millón de personas en situación de vulnerabilidad.

El EHP es dirigido y presidido por la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas y participan organizaciones que emprenden acciones humanitarias en el país, incluyendo agencias del Sistema de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, así como agencias de cooperación internacional. El EHP trabaja con base en ocho clústeres: Seguridad alimentaria, Salud, Protección, Agua, saneamiento e higiene, Albergues, Educación en emergencias, Recuperación temprana y Nutrición

Como parte del EHP, el PNUD participa en los clústeres de salud y protección y coordina el Clúster de Recuperación Temprana. En este marco, el PNUD apoyó al país en la preparación, respuesta y recuperación ante la COVID-19, con énfasis especial en la protección y recuperación de los grupos más vulnerables, tanto de la crisis de salud como de sus impactos socioeconómicos.

El PNUD apoya el avance en el cumplimiento y alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a través de iniciativas centradas en las personas para garantizar que nadie se quede atrás.