Mujeres libres de violencia en el transporte público

El proyecto busca reducir el acoso sexual y otras formas de violencia para las mujeres usuarias del transporte público. Se trata de una iniciativa multiactor a la que se incorporan agentes de la sociedad civil, del sector privado y de gobiernos locales y nacionales. El Gobierno de El Salvador tiene, entre sus apuestas y estrategias, mejorar el transporte público en todos sus ámbitos. Por lo tanto, el presente proyecto representa una oportunidad de catalizar el desarrollo de políticas de movilidad urbana que promuevan la seguridad ciudadana, con una perspectiva de género. Además, se prevé que esta propuesta sea escalada alcanzando un ámbito nacional.

El proyecto propone la conformación de una mesa interinstitucional y multisectorial, que permita la coordinación, apropiación, generación de alianzas y el fomento de la corresponsabilidad en la búsqueda de soluciones. El PNUD y ONUMujeres comparten la gestión del proyecto, bajo el mecanismo de trabajo conjunto. El PNUD es la agencia que funge como punto focal en la intervención, está a cargo de la unidad de coordinación y lidera la iniciativa.

Antecedentes

Los antecedentes del proyecto se describen en el estudio realizado por FUSADES en el 2015. En el mismo se señala “la percepción del sistema de transporte es de un sistema caótico y competitivo. Las principales fuentes de desorden están relacionadas con el mecanismo de concesión de rutas, la mala condición de las unidades del transporte, las condiciones desordenadas de las paradas, la falta de cumplimiento de leyes y reglamentos, una vigilancia insuficiente de parte de las autoridades, el comportamiento inadecuado de los motoristas y, en algunos casos, de los mismos usuarios. De igual forma, se identificaron una serie de delitos que ocurren en buses y en paradas, los cuales son cometidos por una variedad de actores. Entre los principales delitos reportados destacan: el acoso sexual contra las mujeres, robos y hurtos a usuarios, extorsión a propietarios de unidades y confabulación entre operadores y delincuentes”.

Para dar seguimiento a las conclusiones y recomendaciones del estudio referido, se conformó la Iniciativa por un Transporte Público Seguro, (ITS) que es un conglomerado de organizaciones de sociedad civil, empresas privadas, banca salvadoreña, academia, cooperación internacional y usuarios del transporte público. Adicionalmente se realizaron consultas con los alcaldes de las municipalidades de San Salvador y Santa Tecla, quienes con el fin de sumarse a la búsqueda de soluciones expusieron su disposición a apoyar con la puesta en marcha de iniciativas. También fue consultado el gobierno nacional, específicamente el Viceministerio de Transporte (VMT) y la Policía Nacional Civil (PNC)- División de Tránsito Terrestre.

La violencia que sufren las mujeres en el transporte público

En El Salvador, el 90.1% de la población utiliza el transporte público. Sabemos que una movilidad libre y segura garantiza el acceso a otros derechos fundamentales: como la salud o la educación. Sin embargo, no se dispone de una movilidad segura, especialmente para las mujeres. El 90% de las mujeres ha mencionado que ha sufrido acoso sexual o ha visto cómo otra mujer ha sido acosada en el transporte público (Prevención del crimen en el transporte público, FUSADES, 2015).

Un 69.9% de usuarios y usuarias percibe sentirse inseguro en el transporte público, siendo los lugares con mayor percepción de inseguridad los buses/microbuses (71.6%) y las paradas del transporte (71.3%). Las denuncias de violencia sexual contra las mujeres reportan como segundo lugar de mayor incidencia el espacio abierto y el transporte público; mientras que, en el caso de la violencia física, con incidencia en los mismos espacios, el 71% de las denunciantes fueron mujeres entre los 19 y 55 años.

La encuesta sobre violencia en el transporte público mostró que el 54% de las mujeres ha sido víctima de violencia en el transporte público y el 72.4% de las víctimas eran mujeres adolescentes y jóvenes; la violencia más frecuente fue la violencia física (34%) y la verbal (30%) . En datos recientes, 1 de cada 4 mujeres que ha manifestado haber sido víctima de agresiones sexuales o tocamientos, lo fue en el transporte público. Los principales actores que generan violencia contra la mujer en el transporte público son los pasajeros (55%), cobradores (22%) y conductores (19%) (Sitramss, 2016). Solo 6 de cada 100 mujeres presentan denuncias, y las que lo hacen acuden, en primera instancia, a la Policía Nacional Civil (PNC).

Resultados esperados

1. Generar una ruta de buses segura para mujeres y niñas, a través de un piloto en la ruta 101 B. El piloto se implementará de manera conjunta con diversos actores claves en proceso, como la sociedad civil, el sector privado, gobiernos locales y al VMT. Las soluciones y propuestas para el piloto emanarán de las mujeres usuarias del transporte público.

2. Se fortalecerán instituciones de gobierno, responsables del cumplimiento de las leyes del transporte público y de seguridad como la PNC y el VMT, con la finalidad de que generen condiciones y normativas que propicien entornos seguros y de respeto a los derechos humanos.

3. La participación activa de la sociedad salvadoreña en mecanismos de promoción de cultura de paz y con conocimiento de los derechos de la mujer, para prevenir el acoso sexual y la violencia hacia las mujeres en los espacios públicos.

Dimensiones del proyecto

1. El involucramiento de la sociedad civil para la generación de soluciones.

2. El fortalecimiento de las instituciones nacionales y municipales para que cumplan su deber.

3. La sensibilización de las y los usuarios que brindan y utilizan dicho servicio para que sean actores de cambio.

Área geográfica de acción

El proyecto se concentrará en dos municipios: la capital, San Salvador, con una población de 238 244 habitantes; y Santa Tecla, con una población de 138 695 habitantes. Ambos municipios fueron seleccionados por figurar entre los más violentos del país, con una alta tasa de violencia contra las mujeres y una significativa densidad de población. Al seleccionar municipios tan destacados, se estaría impactando gran parte del país y, gracias a su relevancia y al liderazgo de sus alcaldes, se podría generar un “efecto demostración” para el resto del país.

El pilotaje intervendrá una ruta específica, la 101B, que circula en ambos municipios.  La ruta 101B fue seleccionada porque ya cuenta con algunas buenas prácticas; así como también por la cantidad de personas que la utilizan diariamente. Aproximadamente 17 000 personas utilizan esta ruta, que transita cerca de centros comerciales, universidades, escuelas, iglesias y hospitales.